Empieza a
convertirse en una tarea difícil. Mucho más de lo que yo pensaba.
Misión complicada.
No hay
carteles en los balcones ni ventanas, aquí no se lleva eso de colgar tu anuncio
en un supermercado, las agencias viven de los clientes en vez de los
propietarios (con lo cual, muy caro), el periódico ‘más famoso’ en
inmobiliarios no hay quien lo lea, en fin…
Cuanto más
buscamos, más andamos; cuando más andamos, más vemos; cuanto más vemos, más nos
gusta; más nos enamoramos. Es increíble que cada cinco minutos topes con un
gran monumento, de esos que te hacen sentir pequeñita.
Teníamos
una ilusión. Vivir en Monti. Paseábamos y no podíamos dejar de imaginarnos y de
hacernos ilusiones de vivir en uno de esos balcones y áticos en los que puedes
disfrutar de la ciudad a vista de pájaro.
Monti es un
barrio bohemio en el corazón de Roma, de calles estrechas, pisos antiguos, y
fachadas preciosas. Un poco caro pero dentro de nuestras posibilidades… Después
de recorrernos bar a bar, y tienda a tienda, preguntando por ‘si conocciere a
una persona que nui affitare un appartamentti’ (no os metáis con mi léxico
italiano, que estoy aprendiendo J) y no encontrar respuesta, descartamos la ilusión.
Os dejo con
alguna foto de este barrio para que os hagáis una ligera idea. Tiene
mercadillos vintage, tiendas de segunda mano, y librerías-caffé bohemias…
Tras los tres mil números a los que hemos llamado, hemos podido ver dos. Una chusta.
Aparte de ser caros, y no muy buena zona, los presentan fatal (sucios, persianas y ventanas rotas, colchones pordioseros, sin salon…)
Asique nada, continuamos con la misión. Espero abortarla pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario