jueves, 29 de noviembre de 2012

Maturazione.



Creo en el tiempo y en su fuerza. 
También, en la fuerza dela distancia.
No sé qué pasa. 
Perdón.
Quería decir, no sé qué me pasa.

Sólo sé que soy Erasmus.
Y que un Erasmus, encuentra lo que busca.

Aquí eres tú. 

Tú y tus ganas. Tú y tus apetencias. 
Tú y tus gustos. Tú y tus oportunidades. 
Tú y tus aventuras. 
Tú y tus historias, tanto, que te acabas convirtiendo el ellas. 
Tú y tú.

Nada de ser un camaleón.


No es tarde.
Es la hora.







lunes, 19 de noviembre de 2012

Tutto bene.



Que tal amigos. Hace tiempo que no me paso por aquí, y he de decir que, ¡¡todavía no tenemos internet!! Esto es un cachondeo, hablando mal y pronto. No me voy a parar a hablar de ello porque necesitaría un post entero.

Lo dicho.
Han pasado ya dos meses. 
Aquí me pasa una cosa muy rara con el tiempo. 
Las semanas pasan en un abrir y cerrar de ojos. En serio. Pero si te paras y echas un pelín la vista atrás, lo ves taaaaaan y taaaaaaan lejano… En estos dos meses he estado dos veces en España, y sin embargo parece que ya se me ha olvidado el sabor del cocido de mi madre, coger el coche, las direcciones de Montijo, incluso, algunas personas ya no las tienes tan presente.

Esto no sé si es bueno o malo.

A veces, me gustaría no tener sentimientos. Y estar aquí como si esta vida fuera a ser eterna. Como si tuviera que empezar de nuevo a formar el puzle de mi vida, y elegir, ahora sí, con criterio, las fichas que quiero que lo compongan. Todo de 0. Casi, sin pasado.

Pero, ¿sabéis?. Ser Erasmus no es todo de rositas. Ser Erasmus no significa ¡Viva la Pepa!. Ser Erasmus implica algo difícil. Implica fuerza.

Fuerza porque tienes que intentar mantener la difícil línea de la estabilidad emocional. No quiero decir que os vayáis a quedar locos. Ni mucho menos. Pero, aquí se tiene mucho tiempo. Y estás lejos. Y como toda persona humana, se piensa en uno mismo. Y te preguntas: ¿Realmente esto merecerá la pena? ¿Merecerá la pena vivir una experiencia de tal grado con gente que sabes que vas a perder? ¿Qué todo tiene fecha de caducidad? ¿Qué quizás se te olvide lo que es la rutina y lo que realmente estudias? ¿Estudias? ¿Estás aprendiendo de lo que realmente quieres? ¿Qué es lo que quieres realmente? Etc, etc, etc.

Y te ves en un túnel negro sin final, sin luz. Pero es cuando una pequeña vocecita, o simplemente,  el sonido de tu teléfono te interrumpe, y te proponen ir a tomar algo.

Y es entonces cuando, si la has sabido escuchar bien, sales, y te reafirmas en que esto, es lo que mejor has hecho en tu vida, que estás escribiendo el guión de la película de tu propia vida, que todo es increíble. Sin embargo, si la has ignorado, sigues caminando por el túnel oscuro, que ves que muy al final, va clareando. Y es, también, cuando te empiezas a proponer metas, a proponer y proponer… Pero tú misma sabes que no las vas a conseguir. Pero, sales.
Sales.
Al final, siempre sales. Y te alegras. Te alegras de estar aquí, con todo lo que ello implica.

A sí que: tutto bene.